viernes, 11 de octubre de 2013

Memorias de la familia Fliedner.

Hace poco he leído un libro titulado “Memorias de la familia Fliedner”. La copia es de mi suegro y está dedicada a él por Elfriede Fliedner, la autora de esta biografía familiar. Algunos asociarán este apellido con el colegio “El Porvenir”, en Madrid. Y este libro se publicó para conmemorar su centenario, el 31 de octubre de 1997.

La estructura está realizada en base a una selección de cartas que la familia enviaba a Alemania, de donde es originaria. Estas cartas forman una colección llama “Cartas de España”, y relataban las vicisitudes y avances de la obra evangélica en España. Los colaboradores alemanes, de esta forma, contribuían más acertadamente en su apoyo para la extensión del evangelio en nuestro país. Hay tres bloques en la selección de las cartas, según periodos de años en que estas cartas fueron redactadas por diferentes personas.

1.       1870-1900. Federico Fliedner llega a España con la misión encomendada desde sus patrocinadores en Alemania, para alentar la expansión del evangelio. Este misión iba descrita en varios puntos que cumplió escrupulosamente hasta el final de su trabajo aquí. Entre sus actividades más importantes encontramos el impulso que dio a la IEE (Iglesia Evangélica Española), la colaboración imprescindible al establecimiento de iglesias en Camuñas, Ibahernando, …, la apertura de la Librería Nacional y Extranjera en Madrid y en Barcelona, la apertura del colegio ”El Porvenir” en Madrid, la construcción de una “Casa de Paz” para huérfanos en El Escorial, en la que fue residencia de Felipe II durante la construcción del monasterio. Ni que decir tiene acerca de los muchos problemas que se encontraba por la fuerte oposición eclesiástica y de alcaldes ignorantes.

2.       1900-1936. Federico Fliedner. Sucedió a su padre y vivió los tiempos convulsos de la dictadura de Primo de Rivera y la II República. Continuó con la obra de su padre en medio de mucha oposición. La nota destacada fue que en España apenas había escuelas para la gran población y, además, los hijos de padres evangélicos eran directamente excluidos. La familia Fliedner siguió abriendo colegios para que estos niños pudiesen recibir una educación. Estos colegios estaban normalmente situados en zonas pobres y donde no existía ningún centro. La reacción del estamento eclesial, para contrarrestar los “efectos nocivos” de las escuelas evangélicas fue la creación de nuevos colegios católicos alrededor, hasta tres o cuatro rodeando la humilde escuela evangélica. La familia Fliedner contribuyó a que el nivel educativo en España diese un paso de gigante, aunque fuese por vía de oposición. Por si esto no fuera poco, la I Guerra Mundial ya había cortado las ayudas procedentes de Alemania para la obra en España.

3.       1936-1997. El testigo lo tomó Teodoro Fliedner. La guerra civil española trajo gran escasez a los niños internos en “El Porvenir” y en la “Casa de Paz”. Después de esto, vino la dictadura de Franco, que ejercitó una gran oposición sobre el pueblo evangélico y sus iniciativas solidadarias. Teodoro actuó siempre en las sombras y en el silencio para no despertar la ira de la iglesia católica, y aún así, tuvo momentos muy duros hasta el punto de ser informado de su expulsión del país, cosa que no llegó a suceder gracias a personas buenas que actuaron a su favor.  Elfriede, la recopiladora de las cartas y esposa de Teodoro vio con alivio la llegada de la democracia, e incluso relata una muy oportuna visita de Fraga al colegio “El Porvenir” en un momento en que estaba siendo acosado por las instituciones.
En los tres periodos descritos encontramos siempre a creyentes españoles que soportaron el sufrimiento que les era impuesto por su fe: exclusión de los trabajos y de los colegios, el no poder ser asistidos sanitariamente, detenciones injustificadas, apedreamientos, ... y hasta ejecuciones, como el juez de El Escorial.

Aunque son muchas las páginas de este libro, el lenguaje empleado en las cartas permite una cercanía muy grande a los acontecimientos y a las emociones de los redactores. Personalmente, he disfrutado con su lectura y con el desafío que deja a las siguientes generaciones de creyentes evangélicos de España.

La Fundación Federico Fliedner ofrece más información acerca de sus actuales centros educativos, actividades y publicaciones.

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