lunes, 27 de octubre de 2014

El trato entre compañeros.

Los trabajadores dentro de las organizaciones realizan múltiples funciones. Muchas de ellas nunca han sido solicitadas por la empresa, tampoco están reconocidas; y menos aún, están pagadas. La persona cumple con la obligación contratada, pero además intenta establecer una buena relación con los compañeros, vela por el producto y la imagen de la empresa, corrige errores, mantiene su puesto de trabajo limpio y en orden.

El intento de hacer el bien que uno quiere recibir.

Las huelgas de celo dentro de una organización suelen ser contraproducentes. Los trabajadores se limitan a lo que es su función. El menoscabo para la empresa, para sus compañeros, para el producto, para los proveedores y para los clientes se debe a la ausencia de esas tareas no estipuladas que mantienen en buen funcionamiento la organización.

Particularmente, cuando un proveedor vende a un cliente, ambos esperan un precio justo. Se trata de una relación en la que ambos ganen. El proveedor fijando un precio con un margen de ganancia razonable y el cliente comprando a un precio justo.

En otro ámbito, en la producción de bienes que pasan por distintas fases de fabricación, el operario que recibe el producto de la fase anterior espera que llegue en las condiciones adecuadas. Es posible que hubiera un error o un defecto, y se encarga de arreglarlo antes de que adelante la cadena. A nadie nos gusta que nos llegue un semiproducto defectuoso, en el que a sabiendas se ha dejado pasar la tara.

Estamos hablando de que nos tratemos unos a otros como nos gustaría que nos tratasen a nosotros.


¿Dijo algo Jesús acerca del trato laboral?.

Jesús dio solamente dos mandatos a los que fueran sus discípulos, a propósito de una pregunta:

Biblia. Traducción Nueva Versión Internacional. Mateo 22: 36-39.
- Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley?. - "Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente" - le respondió Jesús - . Éste es el primero y el más importante de los mandamiento. El segundo se parece a éste: "Ama a tu prójimo como a ti mismo".

La trasposición al ámbito laboral sería la de un trato justo entre clientes y proveedores, entre gerente y empleados, entre departamentos de grandes empresas. La muestra de amor al prójimo sería no hacer uso de fuerza por parte del cliente o el proveedor, sería no dejar pasar el defecto detectado e incluso facilitar la tarea de la siguiente fase de producción, emitir una factura debidamente detallada o llevar a cabo la cosecha sin malgastar el fruto.

El intento es hacer el bien que uno quiere recibir.


Exclusiones.

Ahora bien, el que no se considere cristiano queda libre de esta orden directa de Dios. Su criterio de moralidad y conducta se lo fabrica él mismo. En ese aspecto no se le puede exigir lo escrito más arriba, sino solamente lo que su propia conciencia determina dentro de los límites legales del territorio en el que se encuentra. Ni siquiera la justicia mínima de la sociedad en la que vive afectaría a su conducta.





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