Demasiadas veces se oye a muchas personas denostar la actividad laboral,
y desear no trabajar. En esta entrada analizaremos la actitud del que no quiere
ocuparse en una tarea productiva y cuáles son las trampas que encierra este
deseo.
En una próxima entrada se tratará las consecuencias de no trabajar.
Ante los demás. No proveer para la familia es peor que ser el más bajo de los inmorales.
I Timoteo 5: 8. Porque si alguno no provee para los suyos, y
mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.
En la anterior entrada (150108) se hacía mención expresa a la necesidad
de sustentar la familia con una actividad honrada; el que se dice creyente en
Dios tiene esto siempre en la mente. Cuando no provee para los suyos de esta
forma, está negando la fe en la que dice que sirve a Dios. Las implicaciones
son muy grandes:
- La familia no tiene sus necesidades cubiertas.
- Carece de afecto natural. Esto es, los lazos filiales y maritales están desintegrados y no es capaz de negarse a sí mismo en beneficio de aquellos a los que debería amar.
- El segundo mandamiento más importante fue el de hacer bien, el que quieres para ti, a tu prójimo. Si dices que tienes fe en Dios (a quien no ves) pero no cuidas de los tuyos (a quienes sí ves), ya me dirás que puedo pensar de ti.
- La equiparación a la baja con los que no poseen la moralidad de la Biblia es inmediata. El contexto del apóstol Pablo en este comentario era el de las religiones orientales, que ni sienten ni padecen, con ritos sensuales y despiadados.
Ante uno mismo. Conduce a un estilo de vida no deseable.
I Timoteo 5: 13. Y también aprenden a ser ociosas, andando de
casa en casa; y no solamente ociosas, sino también chismosas y entremetidas,
hablando lo que no debieran.
Aunque este texto del apóstol Pablo hace referencia a cierto tipo de
mujeres (ver el contexto), es claramente aplicable al ámbito laboral. El que no
quiere estar ocupado en una tarea laboral, solidaria, … o de cualquier otro
tipo, al final se ocupará de cosas que no le convienen.
Ante la creación. La naturaleza se vuelve en su contra.
Proverbios 24: 30-31. Pasé junto al campo del
hombre perezoso, y junto a la viña del hombre falto de entendimiento; y he aquí
que por toda ella habían crecido los espinos, ortigas habían ya cubierto su
faz, y su cerca de piedra estaba ya destruida. Miré, y lo puse en mi corazón;
lo vi, y tomé consejo.
El hombre que no cuida de su entorno es calificado de:
- Perezoso. La propia comodidad prevalece sobre el ambiente que nos ha sido encargado. Irresponsabilidad y desidia.
- Falto de entendimiento. Esta persona no llega a ver el alcance de su decisión y su dependencia del entorno.
Ante el Creador. Es desobediencia.
II Tesalonicenses 3: 10. Porque también
cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: si alguno no quiere
trabajar, tampoco coma.
Más claro, agua.
El único comentario que puedo añadir es que el que quiere trabajar debe
mantenerse en un estado de búsqueda activa de empleo. Las veces que yo mismo he
estado en paro, mi resolución ha sido que debía dedicar ocho horas diarias
buscando un trabajo, igual que si hubiese estado ocupado.