La verdad es que paso mucho tiempo en mi lugar de trabajo. ¿Qué
es lo que dice la Biblia acerca de esta actividad tan exigente y rutinaria que
realizo cada día?.
Lo primero que veo, en el libro de Génesis, en los dos
primeros capítulos, es que Dios encargó a Adán y a Eva el cuidado y
mantenimiento de ese trozo de creación en el que habían sido puestos. Creo que
en ese sentido, tengo un llamado de Dios a ejercer ese cuidado en la pequeña
parcela que me ha sido asignada. Realizo mis tareas, y algunas más, en la
empresa en la que estoy empleado como un punto de obediencia a Dios. Tengo el
ejemplo de Jesús, que también fue un trabajador, carpintero para más señas, y
por lo que he leído en los evangelios, nunca se quejó a Dios de perder el
tiempo trabajando en lugar de dedicarse a otras tareas “más importantes”. Él
también fue obediente a Dios.
El apóstol Pablo escribió a los cristianos que se
encontraban en una ciudad llamada Éfeso, que ahora se encuentra en la actual
Turquía. Si abro una Biblia por la carta a los efesios, en el capítulo 4 y
después en el versículo 28, resulta que el papel que Pablo da al trabajo es un
medio para poder ayudar a los que están sufriendo necesidad. Olvida el carácter
egoísta que actualmente atribuimos al trabajo como un medio de enriquecimiento
personal o de adquisición de prestigio social. Diría que esta es una expresión
clara de la compasión que debe existir en cada uno que se considera un
discípulo de Jesús. El apóstol Pablo ha escrito este mandamiento como una
consecuencia de la nueva vida en Cristo que recibe el que ha creído en el
evangelio, pero sin olvidar que todos somos responsables de suplir para los que
están sufriendo por alguna carencia vital.
Leyendo en el libro de Eclesiastés, que también está en el
Antiguo Testamento, el capítulo 2, en el versículo 24 (Eclesiastés 2: 24), este
predicador da una clave acerca de un objetivo que Dios ha dado a la penosa
tarea con la que nos afanamos cada día: viene de la mano de Dios que el ser
humano se alegre en su trabajo. Este
libro Eclesiastés se escribió hace ya casi tres mil años, y deberíamos
actualizar a nuestro tiempo y a nuestro lenguaje eso de alegrarse en el
trabajo. Y ahora hablo por mi propia experiencia. Yo me alegro en mi trabajo
cuando está bien realizado, cuando sé que es útil y que funciona perfectamente.
También me alegro cuando veo que me desarrollo profesionalmente y adquiero
capacidades que antes no tenía. La experiencia de cada uno es diferente, pero a
grandes rasgos, éste es mi concepto actual de alegrarme en mi trabajo; y no
debo considerar que Dios es un aguafiestas que me ha dado “trabajo” para
amargarme la vida, sino más bien para madurar como persona en todos los
sentidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario