El dinero es una
fuente de tensión en las empresas, grupos de cualquier tipo, … y en los matrimonios.
La Biblia tiene mucho que decir de la administración económica dentro de la
relación matrimonial.
El dinero rompe matrimonios.
El estado que Dios
preconizó para el hombre y la mujer era el de una unión vital de ésta con
aquél. Los elementos que Dios introdujo en la creación habían de servir para
que está unión fuese perfecta.
Génesis 2: 24. La Biblia, traducción ‘Nueva Versión
Internacional’.
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Por eso el hombre
deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer; y los dos se funden un
solo ser.
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La misión que Dios
encomendó a la humanidad de cuidar de la creación y de relacionarse mutuamente
y de relacionarse juntos con Dios era algo al alcance de la mano. Durante un
tiempo disfrutaron de este estado. El jardín ayudaba a que su relación
matrimonial creciera, el cuidado de los animales consolidaba su relación de
pareja, el contento mutuo hacía inquebrantable su relación.
Bien sabemos que las
cosas no son así desde que Adán comió la famosa “manzana” (la Biblia dice 'fruto', nunca 'manzana') y el pecado fue
introducido en la naturaleza humana, en las relaciones humanas, en la relación
de la humanidad con la creación, y en la creación misma.

Esta entrada quiere
situar el dinero como un elemento especialmente diseñado por Dios para
fortalecer el matrimonio y unirlo aún más. Volver al plan original de Dios en
el que todas las cosas creadas contribuían a una relación de pareja cada vez
más fuerte y unida. El dinero como elemento de bendición y unificador.
Cordón de tres
dobleces.
Eclesiastés 4: 12. La Biblia, traducción ‘Nueva Versión
Internacional’.
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Uno solo puede ser
vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe
fácilmente!.
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Veamos tres métodos
adoptados por las parejas para que su matrimonio sano no se rompa por causa de
la administración del dinero. Y la repercusión que ejerce sobre el hombre y la
mujer fundidos en un solo ser.
- La negación del problema.
- Planificar la economía doméstica para evitar el conflicto.
- Resolver los problemas económicos según se presenten.
Se diría que la
segunda opción es la más aconsejable. Es la más fácil. Quizá nos robe lo mejor
de Dios.
- Separación de bienes. Muy de moda en la actualidad. Con cuentas separadas, sin responsabilidades financieras por el cónyuge. Solamente en casos puntuales es necesario hablar de asuntos económicos. Pero en el fondo es una forma de mantener la independencia y evitar rendir cuentas al otro. No se cumple eso que se han fundido en un solo ser.
- Compartimentos. Algunas parejas implementan un sistema de “mío, tuyo y nuestro”. Juntos, determinan un porcentaje de dinero, y cada uno mantiene su parte separada. Este método parece más equitativo, pero la independencia uno del otro sigue ahí.
- Asignaciones. Según las capacidades de cada cónyuge, cada uno se ocupa de ciertas áreas de la economía doméstica. Uno de las facturas, el otro de comprar, uno de las relaciones con proveedores de servicios, otro con los gastos de la escuela, … La cercanía entre los cónyuges es mayor que en los anteriores métodos. Si somos exquisitos, puede llegar a convertirse en una excusa para evitar esforzarse en trabajar juntos.
- Infidelidad. Un paso hacia adelante es el de esforzarse en trabajar juntos en la economía doméstica. Pero, como ocurre muy, muy, muy a menudo, cada esposo tiene unos gastos ocultos y secretos para el otro. Esto es devastador para el matrimonio. La confianza, la fidelidad y la intimidad se ven seriamente atacadas. Realmente, no son un hombre y una mujer fundidos en un solo ser.
Jesús advirtió de los
efectos de la división:
Marcos 3: 25. La Biblia, traducción ‘Nueva Versión
Internacional’.
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Y si una familia
está dividida contra sí misma, esa familia no puede mantenerse en pie.
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Los problemas que
subyacen bajo la apariencia de un buen matrimonio se alían con el concepto
dinero para socavar la unidad matrimonial. Mientras alimentemos esas causas, muchas
veces inconscientes, el dinero será un elemento de discordia.
El dinero, administrado según las formas de Dios, es un elemento que fortalece el matrimonio.
Los que están más
familiarizados con la Biblia, comprenderán mejor la cita de este salmo.
Salmo 139: 23, 24. La Biblia, traducción ‘Nueva Versión
Internacional’.
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Examíname, oh Dios,
y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos. Fíjate si voy
por mal camino, y guíame por el camino eterno.
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