La incorporación de la mujer al mercado laboral ha
supuesto una revolución en la sociedad. El impacto ejercido afecta
especialmente a las relaciones con sus compañeros masculinos, los cuales tienen
diferentes reacciones que iremos analizando en las próximas entradas.
![]() |
La única mujer mecánica en Córdoba |
La entrada de la mujer en empleos antes reservados
exclusivamente para hombres, a pesar de una adecuada capacitación, es un paso
más en la cooperación entre géneros. La consolidación de este concepto tan
moderno y progresista se está realizando ahora en los países occidentales,
avanzando en pequeños pasos y con campañas de concienciación de diferente
éxito.
Aun así, no se trata de algo nuevo. El plan original de
Dios para la humanidad era el de una colaboración entre sexos para la gestión
del planeta, sus recursos y sus pobladores. El encargo de Dios iba dirigido a
ambos, al hombre y a la mujer.
Génesis 1: 27, 28. Y
creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó; varón y hembra los
creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la
tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los
cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

Aún así las cosas, la aportación de la mujer a la
sociedad y a la economía es tan grande que no puede ser evaluado.
- En las sociedades matriarcales es la mujer la que aporta los mayores ingresos. Dígase de las emigrantes que dejan sus familias en sus países de origen, dígase de las mujeres que recorren kilómetros para satisfacer las necesidades de sus familias.
- En otras culturas, el varón trabaja y la mujer cuida del hogar. El valor de este sacrificio es inestimable, dando la oportunidad al hombre de aportar los ingresos y educando a unos hijos que han de ser alguien en un futuro.
- Las mujeres trabajadoras desarrollan una actividad profesional que en muchas ocasiones supera en calidad y eficiencia a la de sus compañeros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario